Siéntate y mira a tu amante follarse con otro chico y luego gira tu mano

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    Se aman desde hace tiempo, y entre sus frecuentes encuentros íntimos, él ha notado muchas veces una chispa oculta en los ojos de ella, algo que ella nunca ha confesado. Hasta que una noche, en una habitación iluminada solo por la suave luz amarilla y con vino tinto en la mesa, ella se apoyó suavemente en su pecho y susurró: "¿Quieres probar algo... más atrevido?" Él sonrió, acariciando suavemente su cabello. "Mientras tú lo desees, siempre estaré a tu lado." Ella lo llevó a otra habitación, donde la luz era tenue, la cama amplia y el espacio lleno de encanto. Allí había un amigo cercano de ambos, en quien confiaban. Todo había sido acordado previamente; claramente, los límites y el consentimiento eran lo más importante.
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