La pequeña habitación de alquiler estaba en el tercer piso, al final del pasillo, donde Vy – mi novia – y yo solíamos salir en secreto cada vez que su compañera de cuarto regresaba a su pueblo o estaba ocupada en su turno de noche. Esa noche, la habitación estaba sumida en una suave luz amarilla. Vy llevaba un delicado vestido de dormir, sus ojos brillaban mirándome de manera coqueta. Sin necesidad de muchas palabras, rápidamente nos abrazamos. Su cuerpo era suave, caliente, y el aroma de su cabello me fascinaba. Besé suavemente su cuello, mi mano se deslizó bajo la fina tela acariciando su piel suave, lo que hizo que ella gemiera suavemente, su cuerpo se arqueó ante cada caricia. Nuestra respiración se hizo entrecortada, fusionándose en el tranquilo ambiente de la noche. Cuando yo estaba encima de Vy, con mis dos manos sujetando su cintura... "¡Clic!" El sonido de la puerta abriéndose. Yo y Vy nos sorprendimos. En un instante, ambos nos congelamos como estatuas. La puerta se abrió y... la hermana Hân – compañera de cuarto de Vy – entró con una bolsa en la mano. Parecía que había llegado antes de lo previsto.
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