Es una mujer amable y sabe cómo hacer que su marido se vuelva loco. Cada vez que quería "seducirlo", no necesitaba decir mucho, solo ponerse una ropa interior de encaje y pasar junto a él con un paso deslizante.
Esa noche, salió del baño, con un fino body de encaje rojo en el cuerpo, mostrando su espalda desnuda y sus tres pechos asfixiantes y redondos. No tenía prisa, solo caminaba lentamente, cada encogimiento de cadera hacía que el encaje abrazara rítmicamente sus nalgas en un movimiento provocativo.
Se sentó allí, con los ojos pegados al cuerpo de ella como si estuviera hipnotizado. Ella se acercó, se sentó en su regazo, envolvió sus brazos alrededor de su nuca y respiró suavemente en sus oídos: "¿Quieres disfrutar de tu esposa?"
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