Al principio, solo eran mensajes casuales con una chica hermosa de la academia de finanzas y bancos. Pero la picardía en sus palabras, su mirada a través de la cámara y su forma hábil de guiar la conversación hicieron que la atmósfera se volviera cada vez más cautivadora. Cada palabra, cada expresión era como una invitación implícita, que te hacía no poder apartar la vista de la pantalla.